
¿Qué es la artritis reumatoide?
A diferencia de la osteoartritis, la Artritis Reumatoide no es por el desgaste del cartílago debido a la edad, esta enfermedad empieza repentinamente usualmente entre los 20 y 60 años de edad, sin detectarse una causa aparente. Esta enfermedad es de origen autoinmune, es decir, el sistema inmune que es el que nos protege a través de anticuerpos de agentes extraños como virus, bacterias u hongos, nos desconoce y nos ataca a nosotros mismos, se crean autoanticuerpos, especialmente dirigidos contra la membrana sinovial de las articulaciones y se manifiesta como artritis simultanea de prácticamente todas las articulaciones. No se conoce cuál es el factor disparador de esta enfermedad, se ha sospechado que pueda ser un virus o alguna bacteria en una persona con predisposición genética o hereditaria susceptible a presentar esta enfermedad. Una vez que empieza esta enfermedad, causa dolor e inflamación crónica de las articulaciones, con rigidez matutina prolongada, es decir, el paciente refiere sentirse “tieso” o “rígido”, con dificultad para hacer sus actividades de la vida diaria hasta por varias horas después del reposo prolongado o la inmovilidad.
Al inflamarse la membrana sinovial, que es la capa interna de la articulación, ésta se engrosa y las células de ésta, liberan productos químicos que comienzan a comer o desgastar el cartílago, el hueso, los tendones y ligamentos de la articulación. Gradualmente, esta pierde su forma y alineación y los músculos y huesos se debilitan lo que lleva a las deformaciones especialmente en manos y pies, que se observan en la Artritis Reumatoide (AR), aunque puede destruir cualquier articulación y llevar a grados variables de discapacidad. Por lo general, la Artritis Reumatoide, causa mayor dolor y discapacidad que la Osteoartritis (OA).
Las articulaciones afectadas con mayor frecuencia por la AR son las muñecas, manos, pies y tobillos, aunque también afecta simultáneamente codos, hombros, caderas, rodillas, cuello y quijada. En la OA son pocas o una sola la
La Artritis Reumatoide (AR), frecuentemente se asocia a mucha fatiga y anemia cuando está activa, es decir, no se ha controlado la enfermedad con el tratamiento. En la AR pueden afectarse otros órganos además de las articulaciones, como el corazón, los vasos sanguíneos, pulmones y ojos. También aparecen pequeños nódulos, llamados nódulos reumatoides, por debajo de la piel del codo, las manos, por encima de las rodillas, la parte trasera del cuello cabelludo o por debajo de los dedos de los pies. Estos nódulos pueden tener desde el tamaño de un chícharo hasta el de una nuez y en general no son dolorosos.
En AR, se detectan Factor Reumatoide y Anticuerpos contra Péptidos Citrulinados en el suero, que son auto-anticuerpos, lo cual nos ayuda a hacer el diagnóstico de la enfermedad. En cambio, en la Osteoartritis (OA) estos auto-anticuerpos son negativos, en algunos casos llega a detectarse factor reumatoide positivo pero a títulos bajos. Otras pruebas útiles en el seguimiento de pacientes con AR son la velocidad de sedimentación globular (VSG) de los eritrocitos o eritrosedimentación y la proteína C reactiva, que nos orientan a establecer el grado de inflamación de la enfermedad. A mayor inflamación de las articulaciones, mas se elevan estos parámetros. Estos exámenes son anormales (elevados) en la AR y normales en OA.
El diagnostico entre una y otra enfermedad la hace el reumatólogo pero a veces es difícil diferenciar una de otra cuando hay inflamación importante de las articulaciones.
Aunque en ambas enfermedades se da tratamiento con anti-inflamatorios no esteroideos (sin cortisona), en la Artritis Reumatoide hay que dar otro tipo de medicamentos que se llaman “Modificadores de la enfermedad” para controlar la enfermedad, evitar la destrucción de las articulaciones y la discapacidad. En AR a veces se tienen que administrar dosis bajas de cortisona para disminuir la inflamación de las articulaciones.
La AR es la enfermedad inflamatoria más frecuente. Afecta casi al 2% de la población, predomina en personas entre los 20 y 60 años de edad, especialmente mujeres (frecuencia de 3 mujeres por un hombre).
Se calcula que en el estado de Puebla existen alrededor de 98,000 con AR, de las cuales; el 50% no tiene acceso a la atención médica ni los medicamentos administrados por instituciones públicas de salud (como IMSS, ISSSTE, Sedena, etc.) y no tiene recursos económicos propios necesarios para pagar un tratamiento prolongado. Sin un tratamiento adecuado, entre un 20 y 40% de los pacientes tendrá cierto grado de discapacidad antes de los 2 años del inicio de la enfermedad, y el 30% estará severamente discapacitado para trabajar a los 10 años.
Al vivir estos pacientes con mucho dolor y discapacidad, dejan de laborar o estudiar, se deprimen dependen de algún familiar para sus actividades de la vida diaria, que a su vez, deja también de trabajar para atender al paciente reumático; todo esto, afecta la dinámica familiar y entran en un círculo vicioso de: pobreza, depresión, discapacidad y mayor dificultad para solventar los gastos de la enfermedad.
De acuerdo a la prevalencia reportada en estudios epidemiológicos hechos en México1 hay aproximadamente 98,700 personas con Artritis reumatoide en el estado de Puebla, 64% en estado de pobreza (63,168 habitantes) y 16.2% en estado de pobreza extrema2 (15,800 habitantes) que no tienen atención reumatológica y seguramente no tienen los recursos económicos para comprar medicamentos que controlen la enfermedad, disminuyan dolor y eviten la discapacidad.
Bibliografía.
1.Peláez-Ballestas I, Sanin LH, et al. Epidemiology of the Rheumatic Diseases in Mexico. A Study of 5 Regions Base don the COPCORD Methodology. J Rheumatol 2011;38 Suppl 86:3-6.
2.http://www.coneval.org.mx/Medicion/MP/Paginas/Pobreza_2014.aspx
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La información contenida en este artículo es de carácter informativo y no debe considerarse como un diagnóstico, consejo médico o tratamiento profesional. Fundación Maritere no se hace responsable del uso que se le dé a esta información. Se recomienda a los lectores acudir con un médico o especialista de la salud para una evaluación y tratamiento adecuados a su situación particular.
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